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CIUDAD DE MUROS
lunes, 20 de octubre de 2008


“los hombres no pueden ver nada a su alrededor que no sea su rostro, todo les habla de ellos mismos, incluso su paisaje esta animado.” Marx
Bien como lo declarava la “Internacionale Situacioniste” en 1961, en su programa elemental de urbanismo unitario1, el urbanismo no existe es solo una ideologia, “la arquitectura no existe realmente, al igual que la coca cola es un producto arropado en una ideologia pero real, que satisface, una necesidad falseada, El urbanismo en cambio es comparable al despliegue publicitario alrededor de la coca cola”.

Vivimos en una sociedad del espectaculo donde la planificación urbana aparece tras el urbanismo con una promesa ideologica de participación, en donde realmente solo se piensa en pro de una educación capitalsita del espacio, En las ciudades capitalistas el urbanismo se argumenta con la simple idea de que es necesario tener un techo para vivir, se costruye y se crean espacios en la ciudad sin que tener en cuenta para quien estan construyendo de esta manera se crean ciudades y espacios llenos de habitáculos y organizaciones de vivienda que realmente no estan hechas para la gente, sino sin ella, contra ella. La mayoría de la planificación urbana se crea para favorecer esta sociedad espectacular, es la publicidad-propaganda de una sociedad donde no es posible participar. La estratificación y jerarquización de los terrenos urbanos es solo una manera de favorecer esta falsa circulación se crean caminos autopistas centrales que puede que esten pensadas precisamente para generar el aislamiento se busca que estos barrios populares se ubiquen lo mas lejos posible de las zonas de mayor afluencia jerarquica puesto que si no hay forma de circulación se mantienen los limites esos muros invisibles que crean esas zonas que solo habitan cierto tipo de gente por que la misma organización de la ciudad hace que no haya posibilidades de movilizarse hacia esos lugares al menos no facilmente, el sur el norte zonas de Bogotá especialmente jerarquizadas en las que los muros se han construido tan bien que todo lo tienen en su sector, ya no hay circulacion ni encuentro.
Quisimos traer este urbanismo unitario de los situacioncitas porque nos parece realmente que para poder vivir la ciudad especialmente la ciudad de bogota estas concepciones de libertar y de dejar a un lado los condicionamientos urbanisticos que palantean los situacionistas se nos hacen claves, para ver los muros invisibles que nos rodean es necesario dejar a un lado estos condicionamientos sociales, liberar estas zonas de la ocupación actual, en donde realmente no haya lugares determinados como el barrio sombrío, o el barrio histórico no estaran habitados por personas que tienen que vivir hay por obligación, sino que estos espacios van a hacer parte de la ciudad por que los habitantes los necesitas para habitarlos a su antojo, un barrio de la muerte por ejemplo no para morir sino para vivir en paz, son situaciones de la ciudad diaria de la cotidianidad que se nos niegan por esos muros sociales que se crean y que nos impiden vivir y atravesar, en ciudades donde no hay libertad y todo el espacio ya ha sido concebido de tal manera que las personas tiene que vivir y habitar estas parcelas por que ese urbanismo y la organización espectacular lo dicta. Para empezar es necesario sustraer a ese planeta domesticado algunas parcelas de superficie, para hacerlas nuestras al menos vivirlar no poseerlas pues no se puede pero ser capaces de vivir todos los espacios urbanos sin ver los muros y chocarnos contra ellos.
“Lo imaginado es aquello que tiene tendencia a convertirse en real, todo lo que tiende a seguir siendo irreal es pura verborrea” Guy debord, Les lèvres Nues num 6
Bogotá D.C
Los muros en la ciudad han crecido paulatinamente, se construyen como barreras para separar, sirven para excluir y funcionan como obstáculo para segregar el territorio de una manera física, pero la mayoría de las veces de una manera psicológica; día tras día crecen murallas imaginarias que encierran a la ciudad en sí misma, transgrediendo al modelo de ciudad cosmopolita característicode las sociedades actuales.
Ahora la ciudad se ha convertido en fragmentos que bajo la justificación de la inseguridad apoya a la construcción de entornos urbanos cerrados, el paisaje urbano marca un mapa de li­mites indefinidos e imprecisos, a medida que Bogotá se extiende hacia sus periferias, los fragmentos no proporcionan soluciones de continuidad al conjunto, sino que individualizan el espacio, marcando grandes brechas en el proceso de segregación espacial entre las clases sociales.
Es evidente que en una ciudad como Bogotá el miedo y la inseguridad sean variables que envuelven los problemas y hagan más compleja la vida urbana; lo cual contribuye a la reducción de espacios públicos, se marginan sus usos sociales, pues los ciudadanos se ven en la obligación de abandonarlos, de no volverlos a frecuentar ante la incapacidad del gobierno de preservarlo para darles una historia; ahora muchas de las plazas y calles se vuelven espacios muertos y deteriorados, en los muros de esta ciudad se posan las imágenes de una tierra de nadie, de una tierra sin alma.
Desde esta perspectiva la construcción de esta ciudad de muros se convierte en un antítesis de la ciudad modelo, cada día se hace más difícil contribuir para formar espacios de encuentro entre grupos sociales que fomenten la interacción y participación entre los ciudadanos; poco a poco se acentúa el desarraigo de la identidad urbana mediante la construcción simbólica de los espacios unidos a la comunidad. En este caso se fortalece la función de una ciudad que obedece al modelo de múltiples centros; la ciudad deja de pensarse como un conjunto articulado, es ahora una ciudad fragmentada, dividida por grandes manzanas, zonas llenas de contrastes, por un lado zonas competitivas y comerciales urbanizadas pensando en grupos medios y altos, y cruzando la esquina nos encontramos zonas excluidas que concentran sectores populares en espacios deteriorados, en asentamientos informales, con infraestructura y servicios urbanos deficientes o ausentes, caracterizadas por pequeños comercios y el mercado informal.
Bien como lo declaraba en 1961 La internacionale Situacioniste.La misma falta de identidad de nuestra ciudad hace que busquemos una en otros esquemas de ciudad aparentemente exitosos, donde su buen desempeño se ha dado no por el plan mismo que se aplica, lo tiene el análisis previo donde se tiene conocimiento al interior de los habitantes y su posible respuesta, no se busca por lo contrario y como hemos hecho nosotros en cada intento: imponer modelos de culturas y sociedades formadas con otras necesidades y características, es por este tipo de imitaciones que vemos diferencias entre nosotros mismos y creamos limites intangibles enmarcados por grados de mejor imitación, no se converge en una sola cultura, cada vez nos dividimos y tratamos de diferenciarnos de nosotros mismos. Estas marcadas diferencias se reflejan en las personas como ciudad, lo diferente debe estar diferente físicamente también, de este modo nos apoderamos de los espacios, negándonos la oportunidad de la homogeneidad.


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